Suena el despertador, me levanto y preparo un café con leche, lo tomo... me lavo los dientes, hago pis... me visto, me peino, me voy.
Camino las 12 cuadras hasta el subte, dicen que caminar por las mañanas purifica el alma... no lo sé, no me consta.
Hasta ahora es una rutina básica, sin sobresaltos, pero al llegar al subte hay alguien que hace brotar lo peor de mí.
En la entrada al subte D, estación Congreso de Tucumán, hay un muchacho, volantero, que reparte publicidad del instituto de enseñanza que esta ahí pegadito al subte… desconozco el nombre, del chico y del instituto.
Siempre me pareció de buena educación agarrar los volantes, ya que esas personas están trabajando.
Pero a ver, si te agarro un papel, no te estoy tirando onda!!! No te estoy diciendo "haceme tuya volantero de mi vida", mmm NO, definitivamente NO.
Este "chico del subte", la última vez que le acepté un volante me agarro la mano y me tiró sobre él, muy desubicadamente, a lo que mi respuesta no se hizo esperar:
"QUÉ TE PASA IMBECIL!?!?!?!?! ENFERMO!!!!"
Poco sutil de mi parte, pero la verdad me REVIENTA que me toque una persona que no conozco, y menos en un ambiente que no se presta al "levante".
Juro que me indigne, cada vez que paso le esquivo la cara. Él aún intenta darme el volante, pero yo le digo "salí", ya no tengo respeto por el chico este, él me lo faltó a mí y ya no puedo ser educada con su persona.
Hoy intento agarrarme la mano otra vez y yo ni siquiera atine a agarrar su papelito...
Qué le pasa a la gente? La verdad no sé que onda... a este chico no le enseñaron que no se mezclan "negocios con placer?".
En fin, si van al subte D, estación Congreso de Tucumán a las 9.15hs am tengan cuidado... hay un volantero suelto!
